
Desde el comienzo de la relación de Ronda y los turistas, siempre atraídos por su fama, desde las crónicas y romances árabes, como prodigio de enclave amurallado e inaccesible, como atalaya, faro y capitalidad de una serranía abrupta, singular; desde entonces y hasta ahora, Ronda se ha visto secularmente admirada.
Ficha técnica